El cuento: La ratita presumida
Había una vez una ratita muy coqueta y presumida que un día, barriendo la puerta de su casa, se encontró una moneda de oro.
- ¡Qué suerte la mía! -dijo la ratita, y se puso a pensar-: ¿En qué me gastaré la moneda? La gastaré, la gastaré, ¡en caramelos y gomitas! No no… que harán daño a mis dientes. La gastaré, la gastaré, ya sé, la gastaré en ¡bizcochos y tartas muy ricas! No no… que me darán dolor de tripa. La gastaré, la gastaré… ya sé, la gastaré en ¡un gran y hermoso lazo de color rojo!
Con su moneda de oro, la ratita se fue a comprar el lazo de color rojo y luego, sintiéndose muy guapa, se sentó delante de su casa para que la gente la mirara con su gran lazo.
Pronto se corrió la voz de que la ratita estaba muy hermosa y todos los animales solteros del pueblo se acercaron a la casa de la ratita para proponerle casamiento.
El primero que se acercó fue el gallo, vestido de traje y muy coqueto, luciendo una enorme cresta roja.
- Ratita, ratita, ¿te quieres casar conmigo? La ratita le preguntó:
- ¿Y qué me dirás por las noches?
- Quiquiriquí -cantó el gallo con su imponente voz.
- No, no, que me asustarás… -dijo la ratita, y el gallo siguió su camino.
No tardó mucho en aparecer el cerdo.
- Ratita, ratita, ¿te quieres casar conmigo? La ratita le preguntó:
- ¿Y qué me dirás por las noches?
- Oinc oinc oinc -gruñó el cerdo con orgullo.
- No, no, que me asustarás… -dijo la ratita, y el cerdo se marchó.
Luego apareció el burro.
- Ratita, ratita, ¿te quieres casar conmigo? La ratita le preguntó:
- ¿Y qué me dirás por las noches?
- Ija, ija, ijaaaa -dijo el burro con fuerza.
- No, no, que me asustarás… -dijo la ratita, y el burro volvió a su casa por el mismo camino.
Después apareció el perro.
- Ratita, ratita, ¿te quieres casar conmigo? La ratita le preguntó:
- ¿Y qué me dirás por las noches?
- Guau, guau, guau -ladró el perro con mucha seguridad.
- No, no, que me asustarás… -dijo la ratita, y el perro bajó sus orejas y se marchó por las montañas.
Finalmente, apareció el señor gato.
- Ratita, ratita, ¿te quieres casar conmigo? La ratita le preguntó:
- ¿Y qué me dirás por las noches?
- Miau, miau, miauuu -ronroneó el gato con dulzura.
- No, no, que me asustarás… -dijo la ratita, y el gato se fue a buscar la cena por otros lados.
La ratita ya estaba cansada cuando de repente se acercó un fino ratón.
- Ratita, ratita, ¿te quieres casar conmigo? La ratita le preguntó:
- ¿Y qué me dirás por las noches?
- Pues me callaré y me dormiré, y soñaré contigo. Y la ratita finalmente tomó una decisión:
- Pues contigo me casaré. Y así fue cómo la ratita felizmente se casó con el ratón.
Información histórica sobre el cuento
La Ratita Presumida es un cuento popular que ha sido parte del folclore infantil en diversas culturas, especialmente en Europa. El relato de una ratita que, tras encontrar una moneda, compra un lazo nuevo y se siente tan bella que desprecia a varios pretendientes, es un tema recurrente en las tradiciones orales.
El cuento tiene sus raíces en la literatura popular europea del siglo XIX. Aunque la versión más conocida en español se popularizó en el ámbito hispano durante el siglo XX, sus orígenes se encuentran en el folclore oral de países como Alemania y Francia. La versión alemana, «Die kleine Maus, die sich einen Hut kaufte» (La ratita que se compró un sombrero), es particularmente relevante. Esta historia fue recopilada por los Hermanos Grimm y publicada en «Cuentos de hadas de los hermanos Grimm» en 1812.
En el ámbito hispano, el cuento también se asocia con la tradición de las «Fábulas de Esopo» y las adaptaciones de cuentos populares que circulaban en el siglo XIX. Sin embargo, la versión en español que conocemos hoy en día fue popularizada y adaptada por autores como la escritora española María de la O Lejárraga a principios del siglo XX.
Análisis del cuento
La Ratita Presumida es un cuento que, aunque aparentemente sencillo, ofrece varias capas de interpretación. El relato aborda temas como la vanidad, la importancia de las decisiones basadas en el carácter interno y no en las apariencias, y las consecuencias de la superficialidad. La ratita, que inicialmente toma decisiones basadas únicamente en la apariencia y el comportamiento externo, aprende finalmente a valorar la verdadera naturaleza de sus pretendientes.
Impacto cultural
El cuento de La Ratita Presumida ha tenido un impacto significativo en la cultura popular, especialmente en los países de habla hispana. Es un relato que se utiliza a menudo en la educación infantil para enseñar lecciones sobre el comportamiento y la moral. Además, ha influido en la literatura infantil y en otras formas de narrativas populares.
El cuento también ha sido adaptado en diversas culturas, cada una aportando su propia interpretación y matices a la historia, lo que demuestra su versatilidad y resonancia universal.
Versiones modernas y adaptaciones
El cuento de La Ratita Presumida ha sido adaptado en múltiples formatos a lo largo de los años, tanto en papel como en video, reflejando su duradera popularidad.
Papel: Numerosas editoriales han publicado versiones ilustradas del cuento, cada una aportando un estilo único. Estas adaptaciones a menudo incluyen ilustraciones llamativas que atraen a los niños y ayudan a mantener viva la tradición oral.
Video: El cuento también ha sido adaptado a la televisión y al cine. Existen versiones animadas que se transmiten en canales infantiles y plataformas de streaming, ampliando su alcance a audiencias globales.
Preguntas Frecuentes
1. ¿Cuál es el origen del cuento de La Ratita Presumida?
El cuento tiene sus raíces en la tradición oral europea del siglo XIX, con versiones recogidas en Alemania y Francia, y posteriormente adaptadas en España.
2. ¿Qué lecciones enseña el cuento?
El cuento enseña sobre la importancia de valorar el carácter interno sobre las apariencias externas, y las consecuencias de ser superficial.
3. ¿Existen adaptaciones modernas del cuento?
Sí, el cuento ha sido adaptado en múltiples formatos, incluyendo libros ilustrados y series animadas, disponibles en televisión y plataformas de streaming.
4. ¿Es adecuado para todas las edades?
Aunque está dirigido principalmente a niños, las lecciones y temas del cuento pueden ser apreciados por todas las edades.